miércoles, 23 de febrero de 2011

LECTIO DIVINA Domingo VII Tiempo Ordinario Ciclo A


LECTIO DIVINA Domingo VII Tiempo Ordinario Ciclo A

Evangelio de San Mateo 5,38-48

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: “Sabéis que está mandado: ‘Ojo por ojo, diente por diente’. Pues yo os digo: No hagáis frente al que os agravia. Al contrario si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también la capa; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, al que te pide prestado, no lo rehúyas.

Habéis oído que se dijo:

Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo’. Yo en cambio, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os aborrecen y rezad por los que os persiguen y calumnian. Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos y manda la lluvia a justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y si saludáis sólo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles?

Por tanto, sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto.”

1.¿Qué dice el texto?

Si te ayuda, subraya con un lápiz

La ley del talión es la ley escrita más antigua. Aparece en el Código de Hammurabi grabado en piedra en el año 1700 a. C. Talión no era su nombre original sino el que le otorgaron los romanos. Los romanos, al citarla, decían que se debe castigar al delincuente en la misma medida del daño que ha causado: «tal cual» (en latín: talis qualis). De ahí deriva el nombre de «talión».

Tomando como referencia el modelo de Dios Padre, que hace salir el sol sobre justos y pecadores, los seguidores de Jesús deben tener un amor universal, no sólo para los hermanos y amigos, sino también para los ene­migos. Jesús cambia la «ley del talión». Sus discípulos deben hacer algo mucho más generoso: no devolver mal por mal. Más aún: el seguidor de Jesús debe perdonar al enemigo y al que le insulta y denigra... Es una meta difícil de alcanzar, pero a la que caminamos con la ayuda de Jesús.

2.Qué me dice el texto?

Dedica un tiempo de silencio

En mi vida de fe, ¿experimento a ese Dios que es compasivo, misericordioso, él perdona, cura, rescata, colma de gracia y de ternura?.

¿Tratas de hacer visible ese amor de Dios a Ti, en tus actitudes ante los demás (perdón, gratuidad, paciencia…)?

3.¿Qué le digo?

Escribe o di lo que te salga ti

Repite en tu interior y haz tuya la frase del Salmo 102:

… El Señor es compasivo y misericordioso.

4.¿Qué me pide?

Elegir dos aspectos de mi vida para crecer en "perfección". Por ejemplo: ser más amable; pedir las cosas por favor; no emitir juicios de forma apresurada; etc.

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